La pluma de sangre, inventada por Bob Partington, es un accesorio imprescindible para cualquier escritor, que se crea un vampiro.
Este curioso gadget cuenta con una espeluznante jeringa y con una pequeña pluma, conectadas por un mecanismo de plástico. Después de llenar la jeringa con tu propia sangre, la colocas en su lugar y podrás empezar a escribir tus memorias.
Sin embargo no es la mejor herramienta de escritura, ya que a menudo gotea más sangre de lo que debería, pero la idea en sí misma es suficiente para impresionar. Y tampoco me gustó mucho la llamativa pluma plateada que trae pegada, pero supongo que eso es sólo una cuestión de gustos.
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