Un automovilista apasionado de Armenia, llamado Henrik Matevossian, comenzó a construir su propio auto Maserati en 1985, y cambió el diseño varias veces, tratando de convertirlo en un auto cada vez más deportivo. Henrik hizo todo por sí mismo, y el progreso fue muy lento. El proceso de construcción se detuvo después de la caída de la Unión Soviética y volvió a trabajar después del 2000. Culminando su obra maestra en 2007, sí, 22 años después.
El motor, la caja de cambios y suspensión trasera provienen de un verdadero Maserati biturbo V6 del año 1984. Este superdeportivo de fabricación casera también cuenta con un carburador Weber, unidad de control para las turbinas, suspensión delantera modificada y el volante de un Toyota.
Sin embargo la historia no termina del todo bien, ya que la ley Armeniana no le permite conducir su Maserati casero fuera de las fronteras nacionales, para que pueda mostrar al mundo su creación.
1 comentarios:
Le ha quedado muy bueno! envidio la paciencia que tienen muchos, 22 años! no podría.
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